El valle del río Guaporé, en la Amazonia, considerado uno de los mayores criaderos de tortugas del mundo, enfrenta la posibilidad de un descenso significativo en el número de nacimientos en 2024. Según estimaciones del Proyecto Quelonios de la Amazonia, el total de crías podría no superar las 350.000, una cifra alarmantemente baja en comparación con los 1,4 millones registrados en 2023.
Los quelonios, un grupo que incluye tortugas, galápagos y tortugas terrestres, están representados en este proyecto principalmente por especies como las tortugas amazónicas (Podocnemis expansa) y las taricayas (Podocnemis unifilis).
El informe, divulgado por el Grupo Energisa, uno de los patrocinadores del proyecto, se basa en datos recientes del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama) sobre el número de nacimientos de tortugas en el valle del río Guaporé, ubicado en Rondônia, en la frontera entre Brasil y Bolivia.
El descenso, descrito como alarmante, se atribuye a alteraciones en el ciclo reproductivo y de nacimiento causadas por fenómenos meteorológicos extremos ocurridos este año, entre los que destacan la sequía récord en la región Norte de Brasil, los intensos incendios que aumentaron la concentración de humo en el ambiente, cambios en los niveles de agua por la crecida de ríos, altas temperaturas que impactaron los procesos naturales de las especies
Para mitigar las pérdidas, se formó un grupo de rescate especializado en el río Guaporé, con el objetivo de garantizar la supervivencia del mayor número posible de crías.
El río Guaporé
El Proyecto Quelonios del Guaporé está dirigido por el Ibama y la Asociación Quilombola y Ecológica del Valle del Guaporé (Ecovale), con el apoyo del Grupo Energisa. La iniciativa lleva más de 22 años en marcha y tiene como objetivo proteger a las tortugas de la fauna autóctona de Brasil, bien como a algunas aves y lagartos que también utilizan las playas del río Guaporé como lugar de desove.
En el valle del río Guaporé, dentro de un radio de 30 kilómetros, hay un total de siete playas utilizadas como sitios de desove. De estas, cinco están ubicadas en el lado brasileño y dos en el lado boliviano. Estas playas son áreas esenciales para las tortugas amazónicas, las taricayas y otras especies locales.
En agosto, septiembre y octubre de 2024, el intenso humo de los incendios cubrió los cielos de la región. “Este humo desorientó a las tortugas, ya fuera por la falta de visibilidad o por la dificultad para divisar a sus depredadores naturales. Como resultado, tardaron más de lo habitual en llegar a las playas para desovar, provocando un retraso que tuvo un efecto cascada en el ciclo de reproducción”, explicó José Carratte, biólogo del proyecto y supervisor de medio ambiente del Grupo Energisa.
César Luiz Guimarães, superintendente del Ibama en Rondônia, afirmó que la sequía extrema de este año incrementó el tamaño de los bancos de arena del río y sus afluentes, lo que también afectó a las crías. “Este ha sido otro factor agravante para las tortugas que acaban de nacer. Al tener que cruzar mayores distancias de arena hasta el río, están más expuestas a depredadores como buitres, caimanes y aves, además del intenso calor de esta época del año”, explicó Guimarães.
El retraso en el ciclo reproductivo ha llevado a que los nacimientos ocurran durante el periodo de lluvias más intensas, elevando rápidamente el nivel del río. Esto ha inundado las playas y ahogado a miles de crías que aún intentaban emerger de las arenas.
Ante esta situación, el grupo de trabajo ha rescatado nidos y crías de tortuga amazónica en riesgo, logrando salvar más de 200.000 crías en un solo día. En los últimos días, el equipo ha trabajado contrarreloj para proteger a las crías de la crecida del río, utilizando vallas para evitar que se ahoguen y asegurando una liberación ordenada y segura en el agua.
Contactado por Agência Brasil, el Ibama confirmó que la liberación de las tortugas ya ha comenzado, acompañada de acciones de manejo y monitoreo para mitigar los efectos del cambio climático. “Estos cambios climáticos han generado un fenómeno conocido como repiquete, que son variaciones bruscas en el nivel de los ríos. En el caso del Guaporé, playas que tradicionalmente permanecían secas durante el desove se inundaron, lo que incrementó significativamente la mortalidad de las crías. También observamos un retraso en el inicio del periodo de desove, lo que afectó todo el ciclo reproductivo de las tortugas. El equipo del Ibama sigue trabajando en el terreno, monitoreando nacimientos y registrando eclosiones, con cifras actualizadas diariamente”, informó la entidad.
Proyecto Quelonios de la Amazonia
El preocupante panorama de la posible extinción de la especie animó al gobierno federal a crear el Proyecto Quelonios de la Amazonia en 1979. La iniciativa ha gestionado cerca de 100 millones de crías. Gracias a estos esfuerzos, Brasil se destaca como el único país de Sudamérica que cuenta con importantes poblaciones de tortugas recuperables y viables para programas de uso sostenible. Parte de estos logros también se atribuyen a las comunidades locales, que han adoptado activamente las iniciativas de protección y manejo, reconociendo el valor de estos animales en su vida cotidiana.
Fonte: Agência Brasil – Leia Mais em:
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